sábado, 16 de mayo de 2009

En la mañana de ese marzo cálido, yo desayunaba con mis almendras y mientras hablabamos de la vida .. acariciaba ese libro que llegó a mis manos después de un largo viaje.
Recuerdo que tomé el aroma de sus hojas y entre almendras y letras ... me fui preparando para un nuevo día... lejos de casa pero sabiendo que estaba construyendo un momento importante para mí. Hoy cuando observo esa foto, puedo sentir las voces, el aroma, la brisa marina y el canto de la Pachamama..
Pues así como las almendras son mi alimento corporal; las letras alimentan mi alma y me dan la energía necesaria para andar entre el asfalto y el caos urbano.
Y.. si bien es sano VIVIR EL AQUÍ Y EL AHORA... yo traigo a mi presente, un pasado que es bálsamo y que me motivó a escribir en mi libreta urbana.

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